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ESG: la inversión responsable

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Santander se alinea con una perspectiva ética de la inversión.

ESG: la inversión responsable

La necesidad y/o la avaricia no deberían hacernos perder la perspectiva. El dinero no es un fin, sino un medio, y para darle el destino adecuado conviene que tengamos clara nuestra perspectiva vital. En una situación como la actual, entre conflictos armados, la evidencia del cambio climático y la preocupación por ciertos comportamientos poco éticos en el mercado, un inversor responsable no se guía solo por la rentabilidad. Quiere que su dinero sirva, además, para construir algo que valga la pena o, al menos, no perjudique lo que la vale. Sin embargo, la complejidad de unas finanzas globalizadas y de una sofisticación cada vez mayor no permite al ciudadano de a pie investigar el detalle de las empresas y sectores en los que invierte. En este sentido, los criterios ASG, o ESG en inglés, le ayudan a discriminar.

Las iniciales ASG de las palabras Ambiental, Social y de Gobierno o por sus siglas en inglés ESG - Environmental, Social y Governance - hacen referencia a unos criterios que todas las empresas quieren lucir en la solapa. El concepto de ESG, nacido a principios de este siglo, es la evolución del de inversión socialmente responsable: ya no se trata solo de actuar bien, sino de cómo se hace y de medir el impacto de la actividad. Si una empresa puede probar los resultados de aplicar en su gestión criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno, los inversores tendrán un aliciente más para poner su dinero en ella, con lo que será más rentable, cerrando un círculo virtuoso de promoción de unos fines acordes con lo mejor de nuestra naturaleza humana.

Bajo las siglas ESG se ampara una amplia gama de causas, relacionadas con la defensa del medioambiente, la sostenibilidad, la equidad, la diversidad, la inclusión, la transparencia,... Una vez implantada en la cultura de la empresa la necesidad de actuar en base a dichos fines, la clave del funcionamiento de los criterios ESG reside en la habilidad de los directivos para identificar cómo puede su compañía incidir en ellos y comunicar a los potenciales inversores y a la sociedad en general que se está moviendo en esa dirección.

Actualmente existen numerosas formas de medir la alineación con los criterios ESG, implementada por distintas organizaciones, tanto públicas como privadas. El contraste con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que estableció la ONU en 2015 quizá sea el que esté adquiriendo mayor fuerza, por el consenso y la visibilidad adquiridas. En cualquier caso, las empresas se juegan su credibilidad en la elección del criterio y, sobre todo, en su seguimiento real. La sociedad ha reaccionado contra quienes utilizan la ESG como mera herramienta de marketing. Pero, poco a poco, purgando las manzanas podridas, el movimiento ESG se ha hecho fuerte. Según un informe de Morningstar, en 2019 los productos de inversión vinculados a estos criterios movieron 17.670 millones de dólares, un 525% más que en 2015.

El Grupo Santander, de hecho, es una de las entidades que se ha sumado a esta tendencia con firmeza. Así lo refleja, por ejemplo, en la presentación para los inversores "Santander ESG: Towards a more sustainable world", con un mensaje claro: ayudar a las empresas y a las comunidades de todo el mundo a reconstruir mejor, y a utilizar esto como una oportunidad para hacer frente a los desafíos globales, como la desigualdad y el cambio climático. Esto es lo correcto, lo responsable, y el camino para generar valor.

En esta línea, Santander está comprometido a alinear sus objetivos con los antes mencionados ODS de la ONU y destaca entre sus logros al respecto datos como el empoderamiento financiero de 7,5 millones de personas y la movilización de 66.000 millones de euros de financiación verde desde 2019 a 2021. En ese mismo periodo se emitieron tres bonos verdes por un importe de mil millones de euros cada uno, y, solo en 2021, se destinaron 571 millones de euros a la financiación de microemprendedores con rentas bajas y escasamente bancarizados para iniciar y hacer crecer sus negocios. También en 2021, el 77% de la electricidad utilizada por el Grupo procedía ya de recursos renovables y 162.000 personas se beneficiaron de programas de becas, empleabilidad y emprendimiento. Respecto a la gobernanza, un 60% de los consejeros son independientes y el Consejo de Administración tiene ya un 40% de representación femenina.

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