Con la junta extraordinaria de Indra celebrada ayer se cierra la crisis de gobierno corporativo abierta el pasado verano. Los accionistas de la compañía, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con un 25,2% del capital, Fidelity (9,9%), Amber Capital (5,1%), SAPA (5%), entre otros, respaldaron el nombramiento de seis consejeros independientes y uno más en representación del principal accionista.
En una junta extraordinaria relámpago, que duró poco más de media hora, se equilibró el consejo, con un 50% de consejeros independientes. La nueva hornada de consejeros está formada por Belén Amatriain, Virginia Arce Peralta, Axel Arendt, Coloma Armero Montes, Olga San Jacinto Martínez y Bernardo José Villazán. Asimismo, se dio luz verde al nombramiento de Juan Moscoso como consejero dominical en representación de SEPI. Todos ellos contaron con apoyos por encima del 75% del capital de la compañía.
Se elimina el voto dirimente del presidente, con el que podía desempatar en votaciones ajustadas
En su intervención, el presidente Marc Murtra defendió que el procedimiento para nombrar a los nuevos consejeros se ha llevado a cabo con “un riguroso respeto a las políticas y normativas internas de la compañía, alineadas con las recomendaciones de buen gobierno corporativo de las compañías cotizadas”. En el proceso ha participado el ex consejero independiente Martín y el independiente Francisco Javier García.
Para montar el nuevo consejo de administración, se contó con el asesoramiento de la firma Korn Ferry. Y posteriormente, la firma Ernst & Young revisó que no hubiera incompatibilidades. De hecho, a lo largo del procedimiento, uno de los consejeros inicialmente propuestos se cayó por posibles problemas de incompatibilidad.
Tras la crisis institucional, Indra ha tratado de hacer el proceso lo más profesional y transparente posible; y dando peso a la paridad para contar con el visto bueno de los asesores de los fondos, los proxy advisors y de los inversores.
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En la junta también se aprobó que el máximo órgano de control de la compañía, el consejo, contará con 14 asientos. Y se ha suprimido el voto dirimente del presidente, con el objetivo de estimular que los consejeros que representan a los accionistas y a los independientes se pongan de acuerdo en los temas más relevantes.
Con la celebración de la junta, se cierra un capítulo duro que desestabilizó la compañía en la bolsa y cuestionó las normas de buen gobierno corporativo. Ahora, el próximo 2 de noviembre la compañía presentará los resultados de los nueve primeros meses del año.
Además, el comité de dirección, encabezado por el consejero delegado Ignacio Mataix, trabaja intensamente en la elaboración de un nuevo plan estratégico, que podría presentarse a principios del 2023, que se adapta a los cambios de la economía y a las perspectivas del gobierno español de invertir en defensa tras la guerra de Ucrania y Rusia. También hay una comisión de estrategia en el consejo que encabeza Murtra.